Queridos y queridas… He estado ausente un tiempo, pero por una buena razón. Me he ido a hacer El Camino de Santiago. Para quien no sepa qué es, cito de Wikipedia: Camino de Santiago es la denominación que tiene un conjunto de rutas de peregrinación cristiana de origen medieval que se dirigen a la tumba de Santiago el Mayor, situada en la catedral de Santiago de Compostela.
Mis motivos no eran religiosos, aunque sí espirituales, aunque hay personas que lo hacen como vacaciones, como reto deportivo o como un evento social. De hecho se conoce mucha gente de cualquier parte del mundo. Aunque el original es el Camino denominado Francés, hay muchas rutas, y yo escogí el Camino del Norte, para estar cerca del mar.
Yo hice sólo quince etapas, porque eran los días que tenía. Empecé en Gijón, Asturias, y caminé hasta Santiago, Galicia, en quince días. Empecé con etapas más largas, de unos 28,5 km/día promedio, pero tuve algunas etapas más cortas para descansar. Oficialmente caminé 347km, aunque is cálculos dicen 374km, ya que me perdí bastante.
Aparte de lo enriquecedor que es como experiencia, viaje interior, viaje exterior, la riqueza de paisajes, olores, sabores, sonidos, la posibilidad de despertar todos tus sentidos, de conocer gente, de desconectar, de estar sólo contigo, es un gran reto físico. Y aquí es done entra Hypo Gym, o los ejercicios hipopresivos, que me han salvado.
La cuestión es que no es sólo caminar larguísimas distancias, muchas veces bajo la lluvia, con los pies mojados durante horas, con viento, con hambre, con sed… Con cuestas arriba y cuestas abajo. Sino que todo el tiempo además llevas 10 kg a la espalda. Bueno, yo debería haber llevado menos, pero como buena novata, llevé muchas cosas de más:) Lo ideal es que pese más o menos un 10% de tu peso.
Cuando llevas horas caminando, la espalda se empieza a comprimir, sientes que te vas achicando, y ahí es el momento de parar y hacer un par de ejercicios hipopresivos. Recuperar las pautas posturales, unas respiraciones, apneas y vacíos abdominales. Puedes sentir la descompresión de las vértebras, sobre todo de las lumbares. A veces utilizas un árbol para anclarte, o un muro de piedra. Tiras hacia arriba con la coronilla y te colocas. Por supuesto es vital ensanchar tu espalda anclándote en tus dorsales (Schwarzenegger). Y entonces la mochila no pesa tanto y les das además un respiro a tus rodillas. En mi caso, mis rodillas se fueron resintiendo bastante, sobre todo por las cuestas abajo con la mochila. Y la verdad que Hypo Gym me salvó. Cada tanto hacía uno o dos ejercicios (¡incluso caminando!) y ya me sentía menos pesada.
Así que aquí va mi doble recomendación: El Camino de Santiago es una experiencia para atesorar toda la vida. Y, por supuesto, Hypo Gym, es un aliado para toda la vida, para cuidar tu salud y poder emprender cualquier aventura. Os animo a todas y todos a gastar el camino de la vida, haciendo cuanta cosa se ponga por delante, y disfrutando a tope. Salud, hipofans!